Sin lugar a dudas, este 1º de Mayo está marcado por la crisis económica y el paro como consecuencia directa de la misma crisis. Desde la entrada en la Unión Europea, han desmantelado nuestro tejido industrial y agrícola, para convertir a este país en una playa para turistas y en un inmenso solar destinado a la especulación del ladrillo. Y cuando se desploma este último, tal y como se preveía, las consecuencias las estamos padeciendo. En esta coyuntura, el capital ha iniciado un ataque brutal contra los derechos laborales y sociales
Ofensiva que se traduce en 7.000 trabajador@s diarios arrojados a las listas de parados. Aunque al Gobierno se le llene la boca con el tema del gasto social, ya son más de 800.00 ciudadan@s los que no reciben ningún subsidio. Miles de familias están al borde de la pobreza. La pérdida de un bien, de primera necesidad, como el domicilio familiar por la incapacidad de pagar las hipotecas, también se está convirtiendo en algo habitual.
A su vez, son más las voces que desde distintos sectores de nuestra sociedad se levantan para pedir una nueva reforma laboral que venga a disminuir de nuevo derechos adquiridos. Por si fuera poco, también nos meten más miedo con el tema de las pensiones para que nosotr@s mismos veamos como necesario las reformas que desde el poder económico se quieren introducir.
Mientras tanto, se está produciendo una apropiación de capital del erario público por parte de la banca, simplemente para sanear sus desvaríos financieros. Otro robo por parte del capital privado se traduce en una galopante y desaforada privatización de los servicios públicos, implantados ya plenamente en sectores tan sensibles como la salud. El adelgazamiento del sector público no se ha traducido, tal y como nos vendieron, en un abaratamiento de costes y ni mucho menos en una mejora de los servicios.
Esta situación no aparece de pronto ni de la nada. Son ya muchos años los que el capital privado viene dando mordiscos al estado del bienestar, que tanta sangre obrera costó afianzar. Venimos observando cómo perdemos derechos laborales: menor poder adquisitivo, despido más barato, horarios de trabajo por encima de las 8 horas, falta de libertades sindicales, etc.
Pero no dejemos que el monotema de la crisis económica nos nuble la vista de otra ofensiva que desde las instituciones nacionales y supranacionales se viene fraguando: la pérdida de libertades individuales y políticas, aumento y perfeccionamiento de los medios de control social, individualismo exacerbado, degradación de una moral-social, etc. Y para los que aún así inician luchas de protesta se responde con más represión. Llevándonos lentamente, pero inexorablemente a una fascistización de los Estados.
La imagen del sistema capitalista empeora drásticamente si realizamos un análisis mínimo sobre la situación del mal llamado tercer mundo. Por lo tanto, ante los cantos de sirena aparecidos en el G-20 de la necesidad de reformas del sistema capitalista para hacerlo más amable, desde CNT decimos bien alto que no queremos reformas para mantener la misma explotación.
El anarcosindicalismo quiere construir un mundo nuevo, en donde la libertad y la igualdad sea real tanto en derechos como en deberes. Una igualdad en el disfrute de los bienes generados que elimine la división entre explotadores y explotados. Es un proyecto revolucionario, anticapitalista, horizontal y verdaderamente democrático que necesita de la participación de tod@s aunando esfuerzos para conseguir el objetivo.
Pero hasta que llegue ese día, la CNT seguirá trabajando como lo viene haciendo desde 1910. Trabajando por la defensa de oprimidos, trabajando por la defensa y conquista de nuevos derechos laborales, trabajando siempre al lado de los trabajador@s y del pueblo, porque los que integramos la CNT no somos ninguna vanguardia ni aspiramos a serlo, somos los trabajador@s y el pueblo mismo, porque la CNT nace del pueblo y para el pueblo.
MANIFESTACION EN CIUDAD REAL
PLAZA DE LAS TERRERAS- PAZA DE PILAR
1º DE MAYO - 12 HORAS
cntvaldepenas@hotmail.es
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